Los jóvenes hebreos observan las leyes de alimentación

 

En el mismo comienzo de su carrera, su carácter fue probado de una manera decisiva. Se había provisto que comiesen del alimento y bebiesen del vino que provenían de la mesa real.. P. R. 354

1. “La ración de la comida del rey”

a) En que consistía.
Las leyes alimenticias eran conocidas, según Levítico 11, los alimentos de origen animal llamados “inmundos”, eran asi denominados por ser impropios para ser ofrecidos como sacrificios, eran “ceremonialmente o ritualmente inmundos”, además no eran desangrados adecuadamente, según Levítico 17.14, 15; y “… una porción era ofrecida a los ídolos, la comida de la mesa del rey era consagrada a la idolatría” Educ. 55. “Aun el hacer como que comieran del alimento o bebieran del vino habría sido negar su fe. Obrar así habría sido colocarse de parte del paganismo y deshonrar los principios de la ley de Dios”. (Profetas y Reyes 354)
b) Por qué debían de comer ese tipo de alimento
“La orden de que se les sirviera la comida de la mesa real era una expresión del favor del rey, y del interés que tenía por su bienestar.” Educ. 55, 56
Es evidente que el rey tuviera la intención de estimular y honrar a los jóvenes estudiantes con el mismo alimento seleccionado y considerado lo mejor y que él mismo participaba, el fin era obtener de ellos su lealtad, colaboración, confianza y desde luego sumisión, finalmente someterlos a la idolatría, asumiendo que por ingerir tales alimentos, ellos (los jóvenes hebreos) habían alcanzado el elevado nivel intelectual, siendo honrados los ídolo de babilonia en lugar del Creador. Esto era conocido por Daniel y sus amigos, tomaron la mejor decisión, honrar al Señor.

2. Contaminación ritual

Según Hechos 15.20-29, entendemos en el libro de Daniel las palabras “no contaminarse con la comida del rey…” a los alimentos que por costumbre de los paganos y especialmente de los monarcas, ingerir alimentos ofrecidos a los ídolos. Esto se hizo un asunto de conciencia que alimentarse de tales comidas era quebrantar la ley porque era considerado como participar de idolatría. "Propuso en su corazón de no contaminarse en la ración de la comida del rey, ni en el vino de su beber." Esta resolución fue apoyada por sus tres compañeros. Al llegar a esta decisión, los jóvenes hebreos no obraron presuntuosamente, sino confiando firmemente en Dios. No decidieron singularizarse, aunque preferirían eso antes que deshonrar a Dios. Si hubiesen transigido con el mal en este caso al ceder a la presión de las circunstancias, su desvío de los buenos principios habría debilitado su sentido de lo recto y su aborrecimiento por lo malo. El primer paso en la dirección errónea habría conducido a otros pasos tales, hasta que, cortada su relación con el Cielo, se vieran arrastrados por la tentación.” (Profetas y Reyes 355)
a) El alimento y la adoración de los dioses
“Pero como una porción de estas cosas se ofrecía a los ídolos, el alimento proveniente de la mesa del rey estaba consagrado a la idolatría, y compartirlo sería considerado como tributo de homenaje a los dioses de Babilonia. La lealtad a Jehová prohibía a Daniel y a sus compañeros que rindiesen tal homenaje”. P.R.354 “Si Daniel lo hubiese deseado,… Podría haber argüído que, en vista de que dependía del favor del rey y estaba sometido a su poder, no le quedaba otro remedio que comer de la comida del rey y beber de su vino; porque si seguía la enseñanza divina no podía menos que ofender al rey y probablemente perdería su puesto y la vida, mientras que si despreciaba el mandamiento del Señor, conservaría el favor del rey y se aseguraría ventajas intelectuales y perspectivas halagüeñas en este mundo. Pero Daniel no vaciló. Apreciaba más la aprobación de Dios que el favor del mayor potentado de la tierra, aun más que la vida misma. Resolvió permanecer firme en su integridad, cualesquiera fuesen los resultados.” (Profetas y Reyes 354, 355)
b) Sentido teológico de nuestra dieta
La filosofía alimenticia de la iglesia cuenta con el soporte teológico, desde nuestros orígenes: el “principio”, “Dijo también Dios: Os doy toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol que lleva fruto y da semilla. Eso será vuestro alimento”. (Gén. 1.29). Como reformadores seguidores del Maestro que inmortalizó las palabras “mas al principio no fue asi” (Mat. 19.8) y en su ministerio “restauraría” “principios”, doctrinas, algunas perdidas y otras casi por desaparecer. Tengamos presente el postulado teológico de la “revelación progresiva”, fundamentado por las palabras de Jesús en Juan 16.12, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis llevar.”Ahora reflexionemos las palabras inspiradas de E. G. White: “En el tiempo del fin, ha de ser restaurada toda institución divina. P.R. 502, y por su parte el apóstol Pablo nos dice: “que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto razonable.” (Rom. 12.1) y “¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, que tenéis de Dios, Y que no sois vuestros?... Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo” (1Cor. 6.19, 20) y debemos vivir de acuerdo a la luz que recibimos por que seremos juzgados según el conocimiento que hemos recibido (Rom. 2.12)

3. La reforma pro salud y el vigor físico

“Daniel apeló entonces a Melsar, oficial encargado especialmente de la juventud hebrea, y solicitó que se les excusase de comer la comida del rey y beber su vino. Pidió que se hiciese una prueba de diez días, durante los cuales se proveería alimento sencillo a los jóvenes hebreos, mientras que sus compañeros comerían los manjares del rey… Al fin de la prueba de diez días, el resultado era lo opuesto de lo que había temido el príncipe. "Pareció el rostro de ellos mejor y más nutrido de carne, que los otros muchachos que comían de la ración de la comida del rey." En su apariencia personal los jóvenes hebreos resultaron notablemente superiores a sus compañeros. Como resultado, se permitió a Daniel y sus amigos que siguiesen su régimen sencillo durante todo el curso de su educación”. P.R. 354, 355 “Pero "no fue hallado entre todos ellos otro como Daniel, Ananías, Misael, y Azarías."... En fuerza y belleza física, en vigor mental… no tenían rivales. El porte erguido, el paso firme y elástico, el rostro hermoso, los sentidos agudos, el aliento no contaminado, todas estas cosas eran otros tantos certificados de sus buenos hábitos, insignias de la nobleza con que la naturaleza honra a los que obedecen sus leyes.” P.R. 356