El mensaje a Éfeso

2: 1-7

Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el cual anda en medio de los siete candeleros de oro, dice estas cosas: Yo sé tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que tú no puedes sufrir los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Mas tienes esto, que aborreces los hechos de los Nicolaítas; los cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

La iglesia de Éfeso

La primera iglesia nombrada es Efeso. Según la interpretación que damos aquí, este símbolo abarcaría el primer período de la iglesia, o sea el apostólico. La definición de la palabra "Efeso" es "deseable," palabra que describe fielmente el carácter y la condición de la iglesia durante su primera etapa. Los cristianos primitivos habían recibido la doctrina de Cristo en toda su pureza. Disfrutaban los beneficios de los dones del Espíritu Santo. Se distinguían por sus obras, labores y paciencia. Fieles a los principios puros enseñados por Cristo, no podían soportar a los que obraban mal, y probaban a los falsos apóstoles, descubrían cuál era su verdadero carácter y los hallaban mentirosos.

El ángel de la iglesia

Como cada iglesia abarca cierto plazo, el ángel de cada iglesia debe representar al ministerio, o sea a todos los verdaderos ministros de Cristo durante el período abarcado por esa iglesia. Por el hecho de que los diferentes mensajes iban dirigidos a los ministros, no deben entenderse como aplicables a ellos solos, sino que se dirigen apropiadamente a la iglesia por su intermedio.

Una causa de queja

"Tengo contra ti–dice Cristo–que has dejado tu primer amor." "El abandono del primer amor es tan merecedor de una amonestación como el apartarse de una doctrina fundamental o de la moralidad bíblica. No se acusa aquí a la iglesia de haber caído de la gracia, ni de haber dejado que se extinguiese su amor, sino de que éste disminuyó. No hay celo ni sufrimiento que pueda expiar la falta del primer amor."

La amonestación

"Vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido." La venida mencionada aquí debe ser una venida figurativa. Significa juicio o castigo, por cuanto es condicional. El quitamiento del candelero significa que se privará a la iglesia de la luz y las ventajas del Evangelio para confiarlas a otras manos, a menos que ella desempeñe mejor las responsabilidades de su cometido. Significa que Cristo rechaza a sus miembros como representantes suyos que han de llevar la luz de su verdad y Evangelio ante el mundo. Esta amenaza se aplica tanto a los miembros individuales como a la iglesia en conjunto.

Los nicolaítas

Preconizaban la comunidad de esposas, consideraban con indiferencia el adulterio y la fornicación, y permitían que se comiesen cosas ofrecidas a los ídolos.

La invitación a prestar atención

Cristo, cuando estuvo en la tierra, empleó la misma forma de hablar al llamar la atención de la gente a las más importantes de sus enseñanzas. La usó con referencia a la misión de Juan (Mateo 11:15), la parábola del sembrador (Mateo 13:9), y la parábola de la cizaña, que recalcaba el fin del mundo (Mateo 13:43). También se usa en relación con el cumplimiento de una profecía importante en Apocalipsis 13:9.

La promesa hecha al vencedor

Al vencedor se le promete que comerá del árbol de la vida que crece en medio del paraíso, o huerto de Dios. ¿Dónde está ese paraíso? Está en el tercer ciclo. Pablo escribe, en 2 Corintios 12:2, que conocía a un hombre (se refería a sí mismo) que fue arrebatado al tercer cielo. En el vers. 4 dice que fue arrebatado al "Paraíso," lo cual nos permite sacar una sola conclusión, a saber que el Paraíso se halla en el tercer cielo. Parece que en ese Paraíso está el árbol de la vida. La Biblia presenta un solo árbol de la vida. Lo menciona seis veces; tres en Génesis, y otras tres en el Apocalipsis; pero cada vez el nombre va acompañado del artículo definido "el." Es el árbol de la vida en el primer libro de la Biblia, el árbol de la vida en el último; el árbol de la vida en el "Paraíso" (término usado por "huerto" en la traducción griega de Génesis), en el Edén en el principio, el árbol de la vida en el Paraíso celestial del cual habla ahora Juan.

Al vencedor se le promete, pues, una restauración que incluirá más de lo que Adán perdió. Esta promesa se dirige no solamente a los vencedores de aquel período de la iglesia, sino a todos los vencedores de todas las épocas, porque las grandes recompensas del cielo no tienen restricciones.

El plazo de la iglesia

El plazo abarcado por la primera iglesia puede considerarse como el transcurrido desde la resurrección de Cristo hasta el final del primer siglo, o hasta la muerte del último de los apóstoles.

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