Exaltación universal del verdadero Dios

 

EXALTACIÓN UNIVERSAL DEL VERDADERO DIOS (3.26-30)

Nabucodonosor reconoce el poder de Dios.

“Olvidada quedó la gran imagen de oro, levantada con tanta pompa. En la presencia del Dios viviente, los hombres temieron y temblaron. El rey humillado se vio obligado a reconocer: "Bendito el Dios de ellos, de Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que envió su ángel, y libró sus siervos que esperaron en él, y el mandamiento del rey mudaron, y entregaron sus cuerpos antes que sirviesen ni adorasen otro dios que su Dios." P.R. 374
“No hay Dios como éste”.

"Por cuanto no hay dios que pueda librar como éste." Con estas palabras y otras semejantes, el rey de Babilonia procuró difundir en todos los pueblos de la tierra su convicción de que el poder y la autoridad del Dios de los hebreos merecían adoración suprema. Y agradó a Dios el esfuerzo del rey por manifestarle reverencia y por hacer llegar la confesión real de fidelidad a todo el reino babilónico. Era correcto que el rey hiciese una confesión pública, y procurase exaltar al Dios de los cielos sobre todos los demás dioses.” P.R. 375
Decreto contra todo el que blasfeme al Dios verdadero.

Lo experimentado aquel día indujo a Nabucodonosor a promulgar un decreto, "que todo pueblo, nación, o lengua, que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrach, Mesach, y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa sea puesta por muladar”… pero al intentar obligar a sus súbditos a hacer una confesión de fe similar a la suya y a manifestar la misma reverencia que él, Nabucodonosor se excedía de su derecho como soberano temporal. No tenía más derecho, civil o moral, de amenazar de muerte a los hombres por no adorar a Dios, que lo había tenido para promulgar un decreto que consignaba a las llamas a cuantos se negasen a adorar la imagen de oro. Nunca compele Dios a los hombres a obedecer. Deja a todos libres para elegir a quién quieren servir.” P.R. 375
El rey ensalza a los tres jóvenes fieles.

“Antes de la ruina se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra está la humildad.” Prov. 18.12; “¿Has visto hombre solícito en su trabajo? No estará con los de baja condición, sino entre los reyes.” Prov. 22.29
Es posible que estos jóvenes valientes y fieles, recibieran diversos dones, riqueza y responsabilidades mayores, la confianza en ellos sería extraordinaria, su lealtad y fidelidad estaban por demás demostradas, es así como los siervos que fielmente se conducen y honran a su Creador a cualquier precio, que son bendecidos ricamente por el cielo.