La confesión de Daniel

 

DANIEL CONFIESA LOS PECADOS DE SU PUEBLO Y PIDE RESTAURACIÓN (9.1-19)

El primer año del reinado de Darío.

El año 539 aC. Es singular que Daniel continuara trabajando en responsabilidades elevadas, para el próximo imperio universal, esto indica que era conocida la fidelidad, lealtad y sabiduría de Daniel, porque en otros casos quienes colaboraran o trabajaran para el reino vencido debían o morir o simplemente ser relevados.
Los setenta años de desolaciones de Israel.

Daniel había seguido muy de cerca la profecía de Jeremías respecto al retorno del pueblo a su tierra de origen, por lo tanto es razonable la ansiedad o preocupación que se cumpliera las palabras del Señor para con su pueblo.

La confesión de Daniel (vv. 4-14)

a) Pecado y abandono de los mandamientos

La confesión de Daniel deja entrever su conocimiento sincero y amplio respecto la salvación por la fe, se involucra junto a su pueblo como pecador de haber desobedecido a Dios infringiendo los mandamientos y por lo tanto responsable de los 70 años de cautiverio en tierras paganas.

b) No obedecieron a los profetas

Era conocido las indicaciones y significado expreso de 2 Crón. 20.20. El pueblo no habían considerado las amonestaciones de amor y dirección de los profetas de turno, al contrario se volvieron contra ellos, maltratándolos y en peligro de sus vidas. Fue también la causa por la cual ellos sufrían las consecuencias de semejante opresión en los 70 años.

c) Se rebelaron contra ti

Sufrimos, según las Escritura, las consecuencias de nuestras acciones, Gál. 6.7. Nuestra rebeldía constante, hacia los principios divinos, hacia la verdad, es la razón por la cual experimentamos diversos resultados. No prestamos atención a los llamados al arrepentimiento, y confesión sincera de nuestras faltas al cielo. Nos apartamos del Señor, estamos desprotegidos, entonces somos víctimas del maligno. Aunque Dios permita estos resultados desagradables, no obstante tiene misericordia en permitir que estas mismas experiencias que nos afligen, se constituyan en reflexiones, y medios para volvernos al Señor, con corazón contrito y humillado. “Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Rom. 8.28).

d) Confusión de rostro y pecado

“Con una fe fundada en la segura palabra profética, Daniel rogó al Señor que estas promesas se cumpliesen prestamente. Rogó que el honor de Dios fuese preservado. En su petición se identificó plenamente con aquellos que no habían cumplido el propósito divino, y confesó los pecados de ellos como propios… Aunque Daniel había servido a Dios durante mucho tiempo y el Cielo lo había llamado "muy amado" (V.M.), se presenta ahora delante de Dios como pecador, e insiste en la gran necesidad del pueblo al cual ama. Su oración es elocuente en su sencillez, y de un fervor intenso.” P.R. 406-407

e) No obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios

“El Cielo se inclina para oír la ferviente súplica del profeta. Aun antes que haya terminado su ruego por perdón y restauración, se le aparece de nuevo el poderoso Gabriel y le llama la atención a la visión que había visto antes de la caída de Babilonia y la muerte de Belsasar. Y luego le esboza en detalle el período de las setenta semanas, que había de empezar cuando fuese dada "la palabra para restaurar y edificar a Jerusalem." (Vers. 25.)”. P.R.408

f) Traspasaron la ley

“La oración de Daniel fue elevada "en el año primero de Darío" (Vers. 1), el monarca medo cuyo general, Ciro, había arrebatado a Babilonia el cetro del gobierno universal. El reinado de Darío fue honrado por Dios. A él fue enviado el ángel Gabriel, "para animarlo y fortalecerlo." (Dan. 11.1.) Cuando murió, más o menos unos dos años después de la caída de Babilonia, Ciro le sucedió en el trono, y el comienzo de su reinado señaló el fin de los setenta años iniciados cuando la primera compañía de hebreos fue llevada de Judea a Babilonia por Nabucodonosor.” P.R. 408. "Y cuando pregunten: '¿Por qué el Eterno nuestro Dios hizo todas estas cosas con nosotros?' Entonces les dirás: 'De la manera que me dejasteis a mí, y servisteis a dioses ajenos en vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena'. Jer. 5.18, 19.

g) Ha caído sobre nosotros maldición.

“Dios usó la manera en que Daniel fue librado del foso de los leones para crear una impresión favorable en el espíritu de Ciro el Grande. Las magníficas cualidades del varón de Dios como estadista previsor indujeron al gobernante persa a manifestarle gran respeto y a honrar su juicio. Y ahora, precisamente en el tiempo en que Dios había dicho que haría reedificar su templo de Jerusalén, movió a Ciro como agente suyo para que discerniera las profecías concernientes a él mismo, bien conocidas por Daniel, y le indujo a conceder su libertad al pueblo judío.” P.R. 408. Jer. 2.19.

h) Dios ha cumplido su palabra contra nosotros

“La magnificencia del primer templo y los ritos imponentes de sus servicios religiosos habían sido fuentes de orgullo para Israel antes de su cautiverio; pero con frecuencia su culto carecía de las cualidades que Dios considera como muy esenciales. Ni la gloria del primer templo ni el esplendor de su servicio podían recomendar a los adoradores a Dios; porque ellos no ofrecían lo único que tiene valor a la vista de él. No le traían el sacrificio de un espíritu humilde y contrito. Cuando se descuidan los principios vitales del reino de Dios es cuando las ceremonias se vuelven numerosas y extravagantes.” P.R. 413.

i) No hemos implorado el favor de Jehová para convertirnos

“Cuando se descuida la edificación del carácter, cuando falta el adorno del alma, cuando se desprecia la sencillez de la piedad, es cuando el orgullo y el amor a la ostentación exigen magníficos edificios para las iglesias, espléndidos adornos e imponentes ceremonias. Pero no se honra a Dios con todo esto.” P.R. 414.

j) Justo es Jehová nuestro Dios

“El aprecia a su iglesia, no por sus ventajas exteriores, sino por la sincera piedad que la distingue del mundo. El la estima de acuerdo con el crecimiento de sus miembros en el conocimiento de Cristo y de acuerdo con su progreso en la experiencia espiritual. Busca en ella la manifestación de los principios del amor y de la bondad. La belleza del arte no puede compararse con la hermosura del temperamento y del carácter que han de revelar los representantes de Cristo.” P.R. 414.