Ejecución y liberación de los jóvenes hebreos

 

EJECUCIÓN Y LIBERACIÓN DE LOS JÓVENES HEBREOS (3.19-25)

1. El horno calentado siete veces más.

El hecho de calentar 7 veces más al horno, no era para darles muerte simplemente, o infligirles más dolor, no, era una muestra ejemplar de castigo por el desafío y manifestación de la ira desenfrenada del rey en pretender desaparecer a estos jóvenes que osadamente enfrentaron al monarca con naturalidad. “Ordenando que se calentase el horno siete veces más que de costumbre, mandó a hombres fuertes de su ejército que atasen a los adoradores del Dios de Israel para ejecutarlos sumariamente.” P.R. 373

2. Los tres varones lanzados al horno con todo lo que tenían.

"Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, y sus calzas, y sus turbantes, y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y porque la palabra del rey daba priesa, y había procurado que se encendiese mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrach, Mesach, y Abed-nego." P.R. 373. Dios permitió que perezcan aquellos hombres fornidos que arrojaron a los jóvenes, para evidencia que el fuego en el horno era real, el rey pensaba incinerarlos, y no debía darse ninguna duda o estratagema de por medio.

3. “Veo cuatro varones sueltos sin ningún daño.”

La misericordia del cielo es amplia, he aquí una muestra de su gracia, brindando a este rey impío, una revelación del Hijo de Dios, velada para ser identificada por el monarca. Todos en ese momento conocieron al Dios verdadero, una pequeña muestra de su poder y existencia. “Pero el Señor no olvidó a los suyos. Cuando sus testigos fueron arrojados al horno, el Salvador se les reveló en persona, y juntos anduvieron en medio del fuego. En la presencia del Señor del calor y del frío, las llamas perdieron su poder de consumirlos. Desde su solio real, el rey miraba esperando ver completamente destruídos a los hombres que le habían desafiado. Pero sus sentimientos de triunfo cambiaron repentinamente. Los nobles que estaban cerca vieron que su rostro palidecía mientras se levantaba del trono y miraba intensamente hacia las llamas resplandecientes. Con alarma, el rey, volviéndose hacia sus señores, preguntó: "¿No echaron tres varones atados dentro del fuego?... He aquí que yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos: y el parecer del cuarto es semejante a hijo de los dioses." P.R. 373-374

4. Aplicación escatológica:


a) El pueblo de Dios pasará por el horno de la aflicción y el derramamiento de las plagas.

“¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. (Jer. 30: 7). Cuando Cristo acabe su obra mediadora en favor del hombre, entonces empezará ese tiempo de aflicción. Entonces la suerte de cada alma habrá sido decidida, y ya no habrá sangre expiatoria para limpiarnos del pecado. . . Entonces el espíritu que reprime el mal se retirará de la tierra. Como Jacob estuvo bajo la amenaza de muerte de su airado hermano, así también el pueblo de Dios estará en peligro de los impíos que tratarán de destruirlo. Y como el patriarca luchó toda la noche pidiendo ser librado de la mano de Esaú, así clamarán los justos a Dios día y noche que los libre de los enemigos que los rodean…” Conflicto y Valor, 68

b) El pueblo de Dios será librado. (Dan. 12.1)

“Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de Dios de la que son amenazados los que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca. (Apocalipsis 14:9, 10.) Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles y extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del pueblo de Dios… Gloriosa será la liberación de los que lo han esperado pacientemente y cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.” C.S. 685, 686, 692