El fuerte pregón

 

El último mensaje

Cuando Jesús se despidió de sus discípulos les dejó la misión de predicar el evangelio a todo el mundo. La misión es la razón de su existencia. Ninguna otra cosa debía anteponerse a la misión. Para todos los expertos en estrategias bélicas es muy conocido que la mejor estrategia de batalla es el ataque, por eso la iglesia no asume una actitud defensiva sino agresiva llevando las buenas nuevas de salvación hasta lo último de la tierra.

El apóstol Juan vio en visión la arremetida final de la iglesia que, representada por tres ángeles, vuela por el medio del cielo con "el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo" (Apocalipsis 14:6). Ese triple mensaje concluye con una gran advertencia respecto a la obra de engaño general representada por la caída de Babilonia. En una visión posterior, el profeta, contempló la fase culminante de la predicación según lo describe en las siguientes palabras: " Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria" (Apocalipsis 18:1). Esto es lo que se denomina el fuerte pregón. Es el mensaje del tercer ángel predicado al mundo con el poder de la lluvia tardía y concluyendo la arremetida misionera con un pujanza nunca vista.

Elena de White se refiere al mensaje del tercer ángel y dice: "Este es el último mensaje, no hay más mensajes que han de seguir; no habrá más invitaciones de la misericordia que hayan de ser dadas después que este mensaje haya hecho su obra" (5 T., 401). En otra de sus obras se refiere a la forma como culmina el mensaje: " Entonces el mensaje del tercer ángel seguirá destacándose hasta convertirse en el fuerte pregón y la tierra entera será alumbrada por la gloria del Señor" (6 T., 401). El mensaje del tercer ángel es presentado como un fuerte pregón en el capítulo 18 de Apocalipsis, y se repite "con la mención adicional de las corrupciones que han estado introduciéndose en las diversas organizaciones religiosas que constituyen a Babilonia, desde que ese mensaje fue proclamado por primera vez durante el verano de 1844" (CS, 661).

El fuerte pregón es un resultado natural de la experiencia espiritual de los creyentes quienes al aceptar el testimonio del Testigo fiel y habilitados por la lluvia tardía se comprometen totalmente con el cumplimiento de la misión. "Todos los que sean investidos para una vida semejante a la de Cristo, han de trabajar por la salvación de sus prójimos. Su corazón latirá al unísono con el corazón de Cristo. Se manifestará en ellos el mismo anhelo por las almas que él sentía" (PVGM, 242).

El mensaje que se predica no es un mensaje acusador que pretenda desafiar los sentimientos y convicciones religiosas de las personas, pero declara con santo entusiasmo las palabras que Dios inspira denunciando los pecados de Babilonia. (CS, 664) Se trata de las buenas nuevas de la justicia de Cristo ofrecida generosamente al pecador. "Varias personas me han escrito preguntando si el mensaje de la justificación por la fe es el mensaje del tercer ángel, y les he respondido ‘es ciertamente el mensaje del tercer ángel" (Ev., 142-143), este mensaje es complementado con la mención directa de los graves pecados que se practican en Babilonia.

"En cada generación Dios envió siervos suyos para reprobar el pecado tanto en el mundo como en la iglesia. Pero los hombres desean que se les digan cosas agradables, y no gustan de la verdad clara y pura. Muchos reformadores, al principiar su obra, resolvieron proceder con gran prudencia al atacar los pecados de la iglesia y la nación. Esperaban que mediante el ejemplo de una vida cristiana y pura, llevarían de nuevo al pueblo a las doctrinas de la Biblia. Pero el Espíritu de Dios vino sobre ellos como había venido sobre Elías, impeliéndole a censurar los pecados de un rey malvado y de un pueblo apóstata; no pudieron dejar de proclamar las declaraciones terminantes de la Biblia que habían titubeado en presentar. Se vieron forzados a declarar diligentemente la verdad y señalar los peligros que amenazaban a las almas" (CS, 664) "Así también será proclamado el mensaje del tercer ángel. Cuando el tiempo llegue para hacerlo con el mayor poder, el Señor obrará por conducto de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que se consagren a su servicio. Los obreros serán calificados mas bien por la unción de su Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza" (CS,664) " Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra (CS, 670) "El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados. Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos" (CS, 670).

Esta agresiva avanzada evangelista de la iglesia incrementa las tensiones entre las partes en conflicto y la persecución probará duramente a los siervos de Dios. "Estimulados por santo celo e impulso divino, cumplieron su deber y declararon al pueblo las palabras que de Dios recibieran sin detenerse en calcular las consecuencias. No consultaron sus intereses temporales ni miraron por su reputación o sus vidas. Sin embargo, cuando la tempestad de la oposición y del vituperio estalle sobre ellos, algunos, consternados, estarán listos para exclamar: ‘Si hubiésemos previsto las consecuencias de nuestras palabras, habríamos callado’. Estarán rodeados de dificultades. Satanás los asaltará con terribles tentaciones. La obra que habrán emprendido parecerá exceder en mucho sus capacidades. Los amenazará la destrucción. El entusiasmo que les animara se desvanecerá; sin embargo no podrán retroceder. Y entonces, sintiendo su completa incapacidad, se dirigirán al Todopoderoso en demanda de auxilio. Recordarán que las palabras que hablaron no eran las suyas propias, sino las de Aquel que les ordenara dar la amonestación al mundo. Dios había puesto la verdad en sus corazones, y ellos, por su parte, no pudieron hacer otra cosa que proclamarlas" (CS, 667).

La valiente predicación del mensaje y la lealtad a la observancia del sábado como la señal de Dios, explican la terrible persecución que se levanta contra el pueblo de Dios. Primero por un corto tiempo antes de que Cristo deje de interceder en el santuario celestial y seguirá durante el tiempo de angustia de Jacob.