Descorriento el velo del futuro

El capítulo dos de Daniel, nos describe la forma de la conquista de Jerusalén. Vimos también la forma en que fueron llevados cautivos daniel y sus tres amigos. Vimos que el propósito de Nabucodonosor era, re-educar a estos jóvenes en la filosofía de los babilonios. Quería cambiar sus pensamientos y dirigirlos hacia la adoración de los dioses babilónicos. Quería que fueran educados bajo el poder militar de su nación, para sí, poderlos enviar a gobernar a Jerusalén siendo unos monigotes del rey.

El capítulo uno de Daniel presenta una aparente derrota, pero al continuar encontramos, que después de haber pasado tres años de intensivo adiestramiento, Daniel se pone a la cabeza de todos los sabios del reino. No solo se pone a la cabeza, sino que muestra una mayor profundidad en el entendimiento de todas las ciencias. Y, aunque el capítulo empieza con una aparente derrota, su culminación presenta la forma de como Daniel fue exaltado por su elevado conocimiento y sabiduría. Pero no olvide que la clave del éxito del capítulo uno, se debe a la lealtad que daniel tuvo hacia Dios. La Biblia dice: “Daniel propuso en su corazón servir a Dios”. Por lo tanto, Dios pudo cumplir su propósito a través de Daniel, porque Daniel decidió servirle. Hemos visto en la primera clase que todo el futuro de Daniel dependía de la decisión que hiciera en el capítulo uno. Además, hemos notado que cada cosa que querramos hacer para Dios, tiene que estar basada en resoluciones internas en favor de Dios.

Un Rey Perturbado.-

Para continuar nuestra disertación, leamos un versículo que parece tener una aparente contradicción. Ver Daniel 2:1:

“En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño”.

¿Puede alguien decirme cuál es la contradicción aparente? La Biblia correctamente estudiada nunca se contradice, pero hay ocasiones que podemos ver cosas en la superficie que aparentemente son contradictorias. Si analizamos el versículo con mayor detenimiento, encontraremos que no existe tal contradicción. Veamos, ¿en qué año del reinado de Nabucodonosor sucedieron estos sucesos? En el año segundo. ¿Cuántos años había estado Daniel en su periodo de adiestramiento? Tres años. Entonces hemos encontrado donde está el problema, ¿no es cierto? Daniel ha sido llamado al palacio, después que ha pasado tres años de intenso adiestramiento. Esto quiere decir, que Nabucodonosor tuvo su sueño después que Daniel ha terminado, o por lo menos, al final de su adiestramiento. Pero el versículo dice: “En el segundo año del reinado de Nabucodonosor”. La razón por la cual menciono esto, es porque quiero ilustrar un punto. Si usted se encuentra con una contradicción aparente, continúe investigando hasta que todo quede esclarecido. No se desanime porque ha encontrado un pequeño aspecto que usted no puede entender. Si no puede entenderlo inmediatamente, déjelo en el subconciente y continúe su estudio. Investigue más hasta que finalmente va a encontrar el trasfondo que le hará entender lo que no había podido ser entendido. Si por alguna razón, usted se ve totalmente perdido diga: “Señor, yo tengo fe en lo que tu has dicho, esto no es una contradicción, sino una aparente contradicción. Yo confío que al seguir estudiando, esta aparente contradicción se aclarará”.

La aparente contradicción de Daniel 2:1, puede ser resuelta sin mucha dificultad. En los días del Israel antiguo, el primer año de la ascensión de un rey, no era contado. Es decir, el año uno de ese rey, era el segundo año desde su ascensión. La Biblia dice: “Daniel estuvo en su adiestramiento, un período de tres años”. El primer año de su adiestramiento, fue el año que ascendió Nabucodonosor. Pero este año no se contaba, si no el próximo, que venía a ser el primer año del reinado. Entonces todo está correcto. Era el año tercero de su adiestramiento, pero era el año segundo de Nabucodonosor. Ver Daniel 2:1:

“En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño”.

Al leer el capítulo dos de Daniel, encontramos que el rey tuvo un sueño. Y al continuar leyendo encontramos que no es solamente un sueño, sino una de las profecías más grandes de todo el libro. Una de las profecías que preocupó mucho la mente de los antiguos. La razón de esto, pudo haber sido porque en el mundo antiguo la gante soñaba mucho. Y muchos de estos sueños eran de gran significancia para ellos. Los reyes, gobernadores y dirigentes religiosos creían que el sueño era un medio por el cual Dios intentaba comunicarse con ellos. Así, cuando el rey tuvo este sueño, él reconoció que esto no era algo ordinario. En verdad esto era algo incomun, tanto para el rey como para el mundo.

¿Por que en Profecía?

Al volver a otros libros para ver lo que significa profecía, quiero que no pierdan el lugar donde estamos leyendo. El libro de Amós está tres libros más adelante del libro de Daniel, describe lo que es profecía de la siguiente manera. Ver Amós 3:7:

“Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”.

¿Cuál es la primera palabra de Amós 3:7? “Ciertamente”. ¿Qué significa esto? Significa absolutamente, definitivamente, positivamente. No, quizás. No, yo pienso, o yo creo, sino ciertamente. ¿Qué es lo que ciertamente va a suceder? “Dios no hará nada sin que lo revele a sus profetas”. Dios predice con anticipación todo lo que va a suceder en el futuro. Predice lo que le va a suceder a su pueblo y la forma en que Él va a intervenir en el desarrollo de esos eventos, especialmente los que tienen que ver con su pueblo.

Hemos visto que Daniel presenta la gran profecía que tiene que ver con la historia del mundo. Ahora veamos lo que dice el profeta Isaías. Ver Isaías 46:9-10:

“Acordáos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mi, que anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aun no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”.

El profeta muestra una vez más lo que significa profecía. Es decir, es un medio que Dios usa para revelar el futuro. Para anticipar los sucesos que han de sobrevenir. Es la historia descrita por adelantado.

Babilonia tenía trece dioses. Cuando Nabucodonosor conquistó a Jerusalén, trajo los vasos del templo del Dios de Israel y los puso en el templo de su dios “Bel Marduck”. El templo de este dios estaba en la llanura de Shinar. Al parecer, el Dios de Israel había sido derrotado. Pero ahora vemos que ese mismo Dios presenta uno de los más grandes desafíos. La primera parte del texto antes leído dice: “Porque yo soy Dios y no hay otro semejante a mi”. El profeta Isaías muestra que este es el único Dios que puede predecir el futuro. Además, dice que no hay otro igual a Él. Ninguno de los dioses falsos tenía la capacidad de predecir el futuro. Aquí en Daniel 2, vemos que estos dioses no pueden comunicar ninguna sabiduría al rey, ni revelar el sueño ni su interpretación. Esto es una prueba más de lo que dijo el profeta Isaías: “El es el verdadero y único Dios que conoce el futuro y que puede revelar lo porvenir”.

Antes de seguir adelante con Daniel 2, quiero que veamos algunas razones por la cual Dios nos revela el futuro por medio de profecías.

Primero, la profecía es una evidencia de la existencia de un Dios omnipotente que gobierna por encima de todo gobierno del mundo. Por eso, mientras más estudiamos la profecía, más confianza tenemos en ese Dios que nos revela el futuro por adelantado.

Segundo, la profecía es una evidencia que muestra que la Biblia es la Palabra de Dios. Porque la profecía dá evidencia de la existencia de Dios, y de la Biblia como Su Palabra. ¿Cómo sabe usted, cuando toma la Biblia, que esta no es un producto de la imaginación del hombre? ¿Cómo sabe que no es un libro cualquiera? ¿Cómo sabe usted que la Biblia no fue escrita por simple deseo de hombres que quisieron escribir hace 1.500 años? ¿Qué evidencia tenemos que este libro expresa la voluntad divina de Dios? La profecía es una evidencia. No hay otro libro escrito por el hombre que pueda predecir el futuro con la precisión que lo hace la Biblia.

Tercero, la profecía explica el pasado y predice el futuro. Es decir, es un eslabón que une el pasado con el futuro. Siendo que los eventos del pasado se han realizado con marcada precisión. Esto me da confianza para hacer frente al futuro. Entonces, la profecía me da confianza en Dios y en Su Palabra. Todo esto me da más confianza y más seguridad en la Biblia como la Palabra de Dios. De paso, ¿necesitamos confianza para hacer frente al futuro? Hay muchos que tienen miedo de hacerle frente al futuro. Pero nosotros al estudiar las profecías nos sentimos con esa confianza sólida que puede fortalecernos para hacer frente a ese futuro inseguro.

Por último, la cuarta razón. La profecía descubre los secretos del Creador, en relación a como deben vivir sus hijos para tener una vida llena de gozo. Siendo que nos revela los acontecimientos que han de sobrevenir, nos ayuda para que nos preparemos para hacer frente a ese futuro. Aquí podemos ver una cosa más. La profecía afecta el estilo de vida diaria. Dios no ha revelado la profecía simplemente para que acumulemos conocimiento, sino para que conozcamos los eventos que nos esperan para los últimos días de la historia de esta tierra. Y mientras estudiamos el capítulo dos del libro de Daniel, debemos estar seguros que estamos estudiando una profecía que nos da confianza en Dios, en la veracidad de Su Palabra y en las profecías que nos enseñan como vivir en los tiempos en que vivimos.

El Rey Busca Ayuda.-

El capítulo dos de Daniel describe en forma dramática el sueño y la forma en que el rey busca ayuda. ¿Cuál era su sueño? ¿Quiénes vinieron para revelarle el sueño y darle la interpretación? El capítulo dice que vinieron cuatro grupos. ¿Quiénes componían estos grupos? ¿Quién quiere contestar la pregunta? Si, magos. ¿Quién más? Astrólogos. ¿Quién más? Encantadores y caldeos. Estos cuatro grupos eran la crema y nata que representaba la sabiduría de Babilonia.

El rey tuvo un sueño, pero se le olvidó totalmente. Me pregunto, ¿cuántos de ustedes han tenido un sueño? ¿Puedo ver sus manos? Si. Ahora otra pregunta. ¿Cuántos de ustedes han querido recordar un sueño que se les ha olvidado la noche anterior? Si, yo se que hay varios. Nabucodonosor tuvo esa misma experiencia. El se despertó con la impresión que este, había sido un sueño de gran significancia. Pero se le había olvidado. Por eso tenía que llamar a los sabios del reino.

Los magos. Estos creían que ellos eran los únicos que podían revelar los misterios y los secretos del futuro. Tomaban aceite y lo ponían en un recipiente de agua. Según la forma que tomaba la configuración sobre el agua, era la forma de como solucionar el problema o describir el misterio. Además de estudiar las formas del aceite sobre el agua, estudiaban las formas y configuraciones de los hígados de animales, tales como gallinas y cerdo. Seguían el mismo procedimiento del agua. Según la forma que tomaba el hígado, ellos suponían que ésta les capacitaba para resolver los problemas o revelar los misterios del futuro.

Astrólogos. Los astrólogos estudiaban los movimientos de los cuerpos celestes, los eclipses lunares y las constelaciones. De paso, fueron los astrólogos babilonios los que pusieron nombres a algunas constelaciones. Les pusieron los nombres de sus dioses. Los astrólogos pretendían estar capacitados para predecir el futuro o resolver los problemas por medio de la observación de estos cuerpos celestes.

Encantadores. Los encantadores pretendían tener comunicación con la muerte. Pretendían tener contacto con los espíritus del mundo. Este contacto con ese mundo, les capacitaba para poder resolver los problemas.

Caldeos. Los caldeos eran considerados como la elite intelectual de Babilonia. Eran matemáticos, filósofos y científicos. Eran las personas más educadas del reino. Eran personas expertas en la solución de problemas por medio de la precisión de las matemáticas y la ciencia. Es interesante saber que mucho del conocimiento de la matemática se debe a los fundamentos puestos por los babilonios.

Nabucodonosor tuvo un sueño, pero no era un sueño común. Este era un sueño que procedía de Dios. Era una profecía. Acostumbrado a tener la solución de sus problemas por medio de los sabios de su corte, este otra vez busca la ayuda acostumbrada. La ayuda de los sabios. Muchos años antes, Dios había condenado las ciencias ocultas. En Deuteronomio se describe como una ciencia falsa, como una fuente de sabiduría falsa. Dios dice a su pueblo: “Cuando entren a la tierra prometida, no irán tras la abominación de estas naciones”. ¿Cuáles eran estas abominaciones? Ver Deuteronomio 18:9-11:

“Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos”.

Dios les dice, el uso de adivinación y magia son abominación delante de mi. Estos medios eran usados por los paganos. Pero Dios dice, la verdadera fuente de sabiduría proviene del cielo, a través de personas que han sido escogidas para ese propósito. Y mientras los paganos confían en sus magos para resolver problemas, Israel debe confiar en el verdadero Dios. Todo aquel que trate de resolver problemas por este método, es abominación delante de Jehová. Deuteronomio 18:12 dice:

“Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”

El Fracaso de los Sabios.-

Cuando Nabucodonosor tuvo el sueño, siguió su tradición, llamó primeramente a los sabios. Y habiéndoles tenido ante su presencia les dijo: “He tenido un sueño y quiero su revelación y su interpretación”. Después de un momento, los sabios contestaron al rey: “Oh rey, dinos el sueño y te diremos su interpretación”. Nabucodonosor les miró y se dio cuenta que estaban tratando de tomarse su tiempo. Sabía que si les decía el sueño, ellos podían darle cualquier interpretación que se les antojase. Por otro lado, él no podía decirles nada acerca del sueño, porque se le había olvidado. Ahora la prueba. La prueba que iba a valorizar la capacidad y la eficiencia de los sabios. Si ellos decían el sueño y su interpretación, seguían siendo sabios. Si no podían decir el sueño y su interpretación, allí terminaría su sabiduría. Este es el momento cuando el reino de Babilonia pasa una de sus crisis más aterradoras que jamás había tenido antes. Ver Daniel 2:5-9:

“Respondió el rey y dijo a los caldeos: el asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares. Y si me mostráis el sueño y su interpretación, recibiréis de mi dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación. Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostrarremos la interpretación. El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido. Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente prepararéis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mi, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación”.

El rey les amenazó diciendo: “Seréis cortados en pedazos. Si vosotros no me reveláis el sueño y me dais su interpretación, seréis descuartizados. Todos sus cuerpos serán cortados en pedazos y sus casas serán puestas por muladares. Yo les he estado pagando un salario para que me revelen los sueños y sus misterios. Pero ahora veo que vosotros me habéis estado engañando. Pues ahora he tenido un sueño de gran significado. Lo he olvidado. Quiero saber lo que soñé y cual es su interpretación, pero ustedes buscáis respuesta mentirosa, buscáis excusas”.
Entonces los magos, astrólogos, adivinos y hechiceros le dijeron en Daniel 2:10:

“No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago, astrólogo ni caldeo”.

Aquí se ve la forma en que los sabios reconocieron su incapacidad. Admiten que éste es un misterio que ellos no pueden revelar. Un misterio que puede ser revelado sólo por Dios. Admiten que su sabiduría no es como la del Dios verdadero. Abiertamente declaran: “No podemos revelar el sueño, ni dar su interpretación”. Al escuchar esta declaración, el rey se enfureció y pasó un decreto que todos los sabios del reino fueran muertos.

Dios permitió que los sabios fracasaran para que Daniel pudiese llegar a la presencia del rey. Dios permitió que ellos se rindieran para que pudiese ser revelada la futilidad de la sabiduría humana y la superioridad de la sabiduría divina.

Daniel y su Dios ante el Rey.-

Daniel acaba de terminar su periodo de adiestramiento, pero no ha sido clasificado entre el grupo de los grandes sabios de la corte. Sin embargo, era reconocido como uno de los más sabios e influyentes en la corte de Babilonia. Por consiguiente, el decreto también lo incluía a él. Ver Daniel 2:14-15:

“Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había”.

Daniel había nacido para una hora específica del mundo. Su hora había llegado. Ya en sus tres años de educación había llegado a ganarse la simpatía del rey. Pero no había logrado ser aceptado como el más sabio y más capaz en la resolución de los misterios y los problemas. Ahora hace una petición directa al rey. El rey conociéndole, acepta su petición. Finalmente llega la hora. La hora cuando se tiene que cambiar el rumbo de la historia. ¿Saben una cosa? Yo fui sorprendido al estudiar el libro de Daniel y encontrar que este hombre había cambiado el curso de la historia. La influencia que Daniel llegó a tener en el gobierno no solo de una nación, sino también de la que le sucedió, cambió el rumbo total de la historia.

Es sorprendente lo que Dios puede hacer cuando un hombre se dedica enteramente a Su servicio. Cuando le consagra su vida. Es casi incalculable lo que una persona puede hacer a su alrededor. Un cristiano en una fábrica, puede cambiar la atmósfera de esa fábrica. Un cristiano que ora, puede cambiar la actitud de toda una familia. Es posible que haya aquí esta noche una persona que desea que su esposo se haga cristiano, o un esposo que quiere que su esposa acepte Jesús, o un par de esposos que quieren que sus hijos sean fieles a las enseñanzas de Dios. Yo tengo buenas nuevas para ustedes. Daniel, mediante la relación que tenía con Dios, pudo cambiar el curso de la historia. Si él pudo hacerlo, ¿por qué nosotros no podemos hacer que nuestro hogar sea cambiado? ¿Por qué no podemos tener más influencia en nuestro trabajo? Dios puede usarlo a usted en la misma manera en que usó a Daniel. Alguien puede preguntar, ¿no se atemorizó Daniel ante la sentencia de muerte? Daniel no se atemorizó porque sabía que Dios estaba con él. Fue por la gracia de Dios que él pudo llegar a tener esa influencia en el reino de Babilonia. Es por la gracia de Dios que los jóvenes y adultos pueden llegar a tener una influencia como la que tuvo Daniel en la corte de Babilonia. El mismo plan que Dios tuvo para Daniel, es el mismo que tiene para usted. ¿Por qué ha nacido usted en esta hora de la historia de este mundo? ¿Por qué no nació hace cien años? ¿Por qué no nació hace quinientos años? La razón más poderosa de todo esto, es que usted no ha tenido la libertad de escoger el tiempo en que usted quiere nacer. Daniel tampoco lo tuvo. Una cosa sí sabemos, Dios permitió que Daniel naciera en ese tiempo. Daniel estuvo conforme con el plan de Dios. Por lo tanto, se entregó a Dios para que Él dirigiese su vida en lo que Dios viese que iba a ser de mayor beneficio para él y la historia del mundo. Fue así como Dios lo usó para que fuese su testigo fiel en la corte de Babilonia. Si Daniel hubiese dejado pasar desapercibidamente esta oportunidad, su destino hubiese sido distinto. Si ustedes han nacido para esta hora de la historia, para testificar a los que viven a su alrededor, para decirles que Dios les ha permitido nacer en esta hora de la historia para un propósito especial, es tiempo que se entreguen a Dios para que ël pueda hacer lo que quiere hacer a través de ustedes. Él tiene un propósito para cada uno, un propósito noble, santo y elevado.

Daniel va a la Fuente.-

Daniel 2:16 dice:

“Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey”.

¡Qué emocionante es ver la actitud que tomó Daniel! El pide tiempo. ¿Para qué quería ese tiempo? Para orar. ¿Para orar solo? No. Daniel busca sus compañeros, y todos unidos van a orar. Aquí hay algo de sumo valor que debemos aprender. Primero, cuando Daniel va a orar, busca la ayuda de Dios, pero también busca la de sus compañeros. Segundo, Daniel es un hombre de oración, sabe que su oración es poderosa. Por consiguiente, sabe que esta oración va a ascender hasta el trono de Dios. Cuando los hombres saben orar, sucede algo grandioso como resultado de su oración. Una lección importante que encontramos en el libro de Daniel, es que la oración no es la expresión de una emoción, ni es una mera actitud psicológica. La oración es una relación íntima con Dios que permite al Señor penetrar en la vida del ser humano.

Alguien puede decir, explíquenos esto. Muy bien, vean aquí. Cuando muevo este contacto, pasa la electricidad. Cuando pasa la electricidad, puedo recibir los beneficios de la luz. Pero yo no puedo explicar los ohms, los amperes y los electrones que hacen posible la luz. Pero, no porque no pueda explicarlo, voy a dejar de mover ese contacto para no recibir los beneficios de la luz. No puedo explicarlo, pero recibo los beneficios de la luz. Así es en el caso de la oración. No puedo explicar el procedimiento de como se efectúa. Pero veo y siento el efecto en mi vida. Por eso, puedo decir con seguridad, que la oración es algo poderoso que puede mover el brazo del omnipotente para que Él pueda intervenir en los negocios del hombre. No hay otra forma en que esto se pueda realizar.

Habrán muchas formas de como explicar la forma, de como se efectúa ese procedimiento en la vida. Pero la mejor forma es sentirlo y experimentarlo.

Mientras Daniel oaraba, Dios le revelaba el sueño. Ahora,, puedo imaginarme a Nabucodonosor sentado en su silla. Está viendo fijamente a Daniel que va entrando con todo el respeto que siempre ha tenido hacia el rey. Llega Daniel al lugar que le tienen preparado, y se detiene. El rey entonces le pregunta: “¿Eres capaz de mostrarme el sueño? ¿Podrás darme la interpretación?” Su corazón palpita más rápido. Quiere saber cual es el sueño y su interpretación. Ver Daniel 2:26-27:

“Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tu hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey”.

En pocas palabras, Daniel hace saber al rey, que toda la sabiduría de sus dioses era pura tontería. Y que los magos, los astrólogos y los adivinos no podían revelar secretos.
En el capítulo uno de Daniel, vimos una aparente derrota del Dios de Daniel. Ahora en el capítulo dos, se invierte el asunto. El Dios de los hebreos es mostrado como el único capaz de revelar los sueños y de dar la interpretación. Ver Daniel 2:28:

“Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y Él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días”.

¿Quién es el único que puede revelar secretos? ¿Dónde esta? Daniel dice: “El Dios que está en el cielo”. Daniel había estado en un gran problema. El iba a morir con los demás sabios de la corte. Pero él oró y Dios le reveló el sueño y le dio la interpretación. Dios le resolvió el problema. Me pregunto, ¿hay alguien aquí esta noche que tiene un problema? Los problemas tiene su solución. ¿Cómo? En un encuentro personal con Dios, por medio de la oración. Esta fue la forma en que Daniel encontró la solución para el problema. Si Dios resolvió el problema de Daniel, Él va a resolver también nuestro problema.

Entonces, lo que sueña el rey tiene que ver con sus días y también con los días futuros, los días finales de la historia de este mundo. Esto quiere decir, que cuando estudiamos este sueño, estamos estudiando una profecía que Dios dio al rey, para hacerle saber los acontecimientos de sus días, pero también para revelar el levantamiento y la caída de los imperios a través de la historia de este mundo. Ver Daniel 2:28-35:

“He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama: estando, tu oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo porvenir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mi me ha sido revelado este misterio, no porque en mi haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. Tu, oh rey, veías, y he aquí una grande imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y su muslo, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”.

Daniel dice: “En las visiones de la noche, tu tuviste un sueño, y en tu sueño viste una gran imagen que tenía la cabeza de oro, los pechos y los brazos de plata, el vientre de bronce, las piernas de hierro y los pies de una mezcla de hierro y barro cocido. Luego viste que una gran piedra, cortada no con mano, azotó sobre los pies de la imagen y la hizo polvo. Y la piedra se hizo como una gran montaña que llenó toda la tierra”.

Principios Proféticos.-

Antes de ver esta profecía, tenemos que observar tres principios que son esenciales para el entendimiento de ellas.

Primero, hay que leer la profecía. Y hemos leído que fue el sueño de una imagen. Hemos leído también que el profeta dice que es para los tiempos del rey, pero también para los días venideros.

Segundo, descubrir la interpretación bíblica. Supongamos que nadie en este salón ha escuchado acerca de profecía bíblica. Entonces yo pregunto: ¿Qué significa la cabeza? Uno da una respuesta, otro, da otra. Un tercero dice, la cabeza representa esto. Pero, ¿quién puede asegurar que sus respuestas son correctas? Si la interpretación profética fuera dejada a la voluntad humana, sería motivo de toda interpretación errónea. ¿Cómo interpreta el hombre la profecía? ¿Cómo la interpreta la Biblia? Cuando buscamos la interpretación de algo bíblico, no la buscamos en otro libro. La buscamos en la misma Escritura. Y si buscamos ayuda en la Escritura, siempre vamos a encontrar la clave para poder entender la profecía, porque la profecía siempre es explicada por la Biblia.

Tercero, encontrar el cumplimiento histórico de esa profecía. Hay una cosa interesante que debemos notar en Daniel 2:3-6:

“Este es el sueño: la declaración de él diremos también en presencia del rey”.

¿Por qué Daniel dice, “daremos”? ¿Quién o quiénes están hablando? Está habalando Daniel, pero el mensaje que está dando es un mensaje de Dios. Por eso él dice, “daremos la interpretación”.

La Interpretación.-

Daniel 2:36 dice:

“Tu, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad”.

Es interesante notar como Daniel contempla de frente al rey y le dice: “Tu eres esa cabeza”. La cabeza de oro de la imagen, representa graficamente el reino de Babilonia. ¿Qué representan el pecho y los brazos de plata, el vientre de bronce, las piernas de hierro y la mezcla de los pies? Siguiendo por pasos, encontramos lo siguiente en Daniel 2:39:

“Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre la tierra”.

Estos metales de las partes inferiores de la imagen, representan reinos posteriores a Babilonia. Reinos que se sucederían uno alotro. Lo interesante de todo es, que al llegar al reino representado por el hierro, termina la sucesión de reinos. Después de esta parte, el profeta ve una roca. ¿A quién representa esa roca? A Cristo. ¿Podemos ver entonces la importancia de este sueño? Es un sueño que nos lleva desde los tiempos del rey Nabucodonosor hasta el futuro de nuestros días. Es un sueño que nos presenta el levantamiento y caída de los imperios hasta el tiempo cuando haya de establecerse un reino que durará para siempre.

Si la cabeza de oro representa a Babilonia, ¿a quién representan los demás metales? A fin de poder entender con mayor claridad las profecías, es necesario observar estos importantes principios. Primero, la profecía comienza con el tiempo del profeta que dio la profecía. Esto lo podemos ver a través de la profecía de Daniel. El profeta le dice al rey que su reino es la cabeza de oro. Aquí vemos que el profeta está en persona cuando empiezan a suceder estos eventos. ¿Cuál sería el imperio que iba a conquistar a Babilonia? En el capítulo cinco del mismo libro, se encuentra la descripción trágica de la noche cuando Belsasar se encontraba en la plenitud de su orgía. La noche cunado la mano invisible escribió en la pared: “Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas” (Daniel 5:28).

Aquí está el segundo reino. El reino de plata. El reino de los medos y los persas. Pero, la profecía habla de un tercer reino. Notemos como Dios, por medio de la profecía predice los sucesos del mundo. Ya se ha visto que por medio de la imagen, se simboliza a Babilonia y a Medo-Persa. Ahora, hay un tercer imperio. ¿Quién conquistó a Medo-Persia? El profeta Daniel presenta en el capítulo ocho de su libro, una batalla entre un macho cabrío y un carnero. El vidente ve que el macho cabrío vence al carnero. No hay duda que por medio de esta visión, Dios quiere darnos a saber algo más acerca de la profecía. Veamos lo que dice Daniel 8:20-21:

“En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Gracia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero”.

El poder que iría a vencer a Medo-Persia, también fue predicho por la Biblia. Ese poder fue Grecia. Si miramos la historia en forma retrospectiva, encontramos lo siguiente: el imperio babilónico reinó desde el año 606 a.C. hasta el año 539 a.C. Medo-Persia reinó desde 539 a.C. hasta 331 a.C. Grecia reinó desde el año 331 a.C. hasta el año 168 a.C. Ya hemos visto que los primeros tres metales han sido representados por tres reinos. Pero, ¿qué de las piernas de hierro? ¿Quién conquistó a los griegos? La historia dice que fue Roma. En el año 168 a.C., Roma conquistó a Grecia y reinó hasta el año 351 d.C. Es interesante notar lo que dice un escritor no religioso. Edward Gibbon, en su obra, La Decadencia del Imperio Romano, reconoce que Dios por medio de la imagen de Daniel 2, predijo por adelantado la historia del mundo.

“El imperio de los romanos llenó el mundo, pero este imperio cayó en las manos de un solo hombre, luego el imperio se convirtió en una cárcel para sus enemigos. Resistirlo, era imposible. Era imposible huir. Las armas de la república algunas veces eran vencidas en las batallas, pero siempre victoriosas en la guerra, avanzaron con paso rápido hacia el Eufrates, hacia el Danubio y hacia el Rin. Y las imágenes de oro, de plata, de bronce y de hierro que habían representado las naciones o sus reyes, fueron finalmente y exitosamente quebrantadas por la férrea monarquía de Roma”.

Aun, un historiador no religios presenta el sueño de Daniel como una profecía que describe la caída y levantamiento de las naciones. Ahora, cuando estudiamos la profecía de Daniel, debe darnos más confianza en Dios. En ese Dios que vela el futuro. En un Dios que anticipa el levantamiento y la caída de las naciones. Si usted o yo hubiéramos hecho esa predicción, hubiésemos predicho un quinto reino. Si cuatro reinos han gobernado al mundo, pues es fácil suponer que un quinto, pudiera suceder al cuarto. Pero, ¿qué predice la Biblia? Veamos lo que dice Daniel 2. ¿Habría otro imperio después del imperio de Roma? ¿Qué poder tomaría el dominio después del imperio de Roma? ¿Qué poder tomaría el dominio después del imperio romano? Ver Daniel 2:41:

“Y lo que viste de los pies y de los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido”.

Al estudiar la profecía, hemos encontrado que cuatro imperios han sucedido uno del otro. Pero después del cuarto reino, no habría un quinto reino terrenal. La Biblia dice: después de este reino, el poder será dividido. Como vemos, esto iba a cambiar el curso de la historia, porque Roma sería dividida. No habría otro reino terrenal. El otro reino, sería un reino de origen celestial.

La Decadencia y Caída de Roma.-

Estas diez divisiones del imperio romano prefiguradas por los dedos de la imagen, son un cumplimiento exacto de la profecía. Nosotros sabemos que Roma cayó como imperio. El pueblo de Roma, perdió su propósito moral. Perdió la iniciativa de trabajar. Su vida fue llenada de lujuria y de amor por el placer. Como resultado de esto, Roma se desintegró. Las tribus bárbaras atravesaron toda Europa y barrieron con el imperio. Durante casi 125 años (desde el año 351 d.C. hasta el año 476 d.C.) estas tribus devastaron el imperio romano. Hoy las naciones de Europa, son el remanente de la división del imperio romano. Y desde los días de su división hata nuestros días, no ha podido ser unificado como unidad política. Si, todas las naciones que componen Europa, son las divisiones del imperio romano. Es interesante notar, que algunas de estas divisiones son prefiguradas por un material débil. El barro, la arcilla. Otras son prefiguradas por el hierro. Como divisiones fuertes.

Después de la división del imperio, algunas de ellas fueron poderosas, otras fueron débiles. Por ejemplo: Suiza, es una nación que siempre ha sido militarmente débil. Pero Inglaterra, España, Francia e Italia el algunas ocaciones han sido podeosas. Esto es exactamente lo que fue predicho en la profecía. Unas serían como la arcilla y otras serían como el hierro. Veamos la profecía más de cerca. Daniel 2:43 dice:

“Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro”.

Dios predijo la división del imperio romano. Este fue dividido exactamente como fue predicho. La profecía dice que no se volverían a unir como una unidad política. Esto también lo hemos visto. ¿Pueden imaginarse a esos personajes que han tratado de unificar a todos esos países como una unidad política? Siete grandes hombres han tratado de ver realizados sus sueños, pero la Biblia dice: “No se unirá el uno con el otro”. Estas ocho palabras han detenido a siete grandes hombres. En el siglo IX, Carlomagno intentó unificar a Europa, pero fracasó. En el siglo XVI, Carlos V de España, hizo otro intento. Después en el siglo XVIII, Luis XIV, volvió a intentar. En el siglo XIX, Napoleón Bonaparte intentó gobernar toda Europa, pero no lo logró. Cuando fue vencido en la batalla de Waterloo, en 1815, extendió sus manos y dijo: “El Dios todopoderoso es demasiado para mi”. El Kaiser Wilhelm, Mussolini y Hitler, todos hicieron un intento, pero todos fracasaron. Esto nos debe dar aun más confianza en la Biblia.

Pero la Escritura dice algo más. Describe lo que va a suceder después de la división de los dedos de los pies, es decir, después de las divisiones que vemos ahora. Ver Daniel 2:44:
“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruído, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”.

Cuando se estudia la historia de la imagen, se encuentra una estructura tan sólida, que sería difícil pensar que pudiese llegar a desintegrarse. Pero que sucede; la cabeza de oro, los brazos y el pecho de plata, el vientre de bronce y las piernas de hierro están asentados sobre un material que no tiene mucha solidez. Todo está asentado sobre un material que no tiene mucha solidez. Todo está sobre una base de materiales que no pueden solidificarse por sí mismo. El hierro y la arcilla o barro no pueden aliarse.

Nosotros no estamos viviendo en el tiempo de la cabeza de oro, ni en el de la plata, ni en el de bronce, ni en el de hierro. Estamos viviendo en los días de la división. En los días cuando toda la estatua parece ser sacudida y lista para caer y azotar. Daniel 2:44 nos dijo que en los días de estos reinos, se levantará un reino que jamás será destruído. Los cuatro reinos más poderosos de la profecía, han sido destruídos. Las diez divisiones, nunca han alcanzado una prominencia mundial. El profeta dice en Daniel 2:45:

“De la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo porvenir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”.
Nada sobre lo cual dudar. Babilonia, Medi-Persia y Grecia fueron conquistados por otros reinos. Roma, fue dividida. Aquí hay algo que nosotros debemos aprender. En la misma forma en que se cumplió la profecía en el pasado, se cumplirá también lo que falta de la profecía. ¿Qué es lo que falta? El establecimiento del reino de Dios. ¿Cuándo va a cumplirse esta parte de la profecía? No sabemos exactamente, pero sí sabemos, que él va a establecer su reino muy pronto.

¡Buenas Nuevas!

En el segundo capítulo del libro de Daniel, el profeta nos asegura que la historia de este mundo ha sido predicha por Dios y que todo está en las manos de Dios. ¿No son estas buenas nuevas? En el tiempo cuando una guerra nuclear pende de nuestros cuellos, como la espada de Democles, cuando todo en el medio oriente parecía explotar.
En el tiempo cuando el comunismo amenaza conquistar el mundo. En este tiempo, las ocho palabras de Daniel resuenan en nuestros oídos: “No se unirán el uno con el otro”. Europa no se uniorá más para ser una unidad política mundial. La Biblia lo dice: “No se unirá el uno con el otro”.
El próximo reino, no será un reino terrenal, sino de origen celestial.
La roca cortada no con mano, representa el reino eterno de Dios. Entonces, después de la división de Roma, Dios va a establecer su reino. Cristo vendrá para establecer ese reino. Para establecer un reino que durará para siempre. Será eterno.
Alguien puede preguntar, ¿cómo puedo estar listo para vivir en ese reino eterno? ¿Cómo puedo estar seguro que mi vida está en armonía con Dios? Por la gracia de Dios, podemos aprender a orar como aprendió Daniel, para que podamos pedir a Dios que nos ayude para estar listos para ese reino.
El quiere que tú seas un ciudadano de ese nuevo reino.
¿Le permitirás que Él te ayude a prepararte para la venida de ese reino eterno?